¿Quién no recuerda su primer amor de la infancia? Tenía yo once años cuando mi mundo empezó a girar por aquel chico rubio, de ojos marrones, era el más bajito de la clase y sin embargo, me gustó. Ahora bien, me pregunto qué insospechado proceso sigue nuestro corazón para decir tú sí, tú no, tú me gustas, tú no me gustas, o como dice una amiga mía ¿te mueve o no te mueve el piso? Recuerdo esas horas de recreo que me las pasaba mirándolo y jugando a juegos tontos para llamar su atención; recuerdo las veces que negué decir que me gustaba cuando era un secreto a voces. El recuerdo de ese primer amor me ha acompañado en la mayor parte de mi vida, hasta que estuve preparada para dejarlo marchar y darme cuenta que me había hecho mayor. Nada es tan bonito y tan inocente como ese primer amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario