No te sientas mal, no te he olvidado todavía, no vayas a llorar, aún yo sueño que eres mío. Me haces falta, recuerdo aquel día, la pasamos bien, lo presentía. Después de tanto dialogamos como amigos, pero hay cosas que me hacen daño que no digo, que estoy en deuda con mi orgullo cada vez que yo te miro, que me muero por estar contigo, que solo al verte unos metros de mi cuerpo siento ganas de cruzar esa frontera, pues percibo que aun me amas, que al igual que yo hay ganas de olvidar lo del ayer, de vivir sin importar, lo sé, mañana. Me estoy ahogando en el mar de tus mentiras, le tengo miedo a la forma en que me miras, quiero olvidarme de lo hecho y resucitar, mi pecho darle muerte a lo que por ahí me han dicho porque el amar sin importarme la vida, volver a darte mi amor sin medidas, asegurarme de tenerte de hoy y para siempre para siempre mío, pero una voz en el oído me dice: con cuidado que no me deslice, que me hace falta poco, que me vuelvo loca, que si vuelvo contigo me equivoco y no te sientas mal, yo no te olvido, no te olvido, aun me acuerdo de tus ojos, de tu cuerpo y de tu boca, de la forma en que me tocas, de que la conquista se me agota, y que se me esta volviendo loca, y no te sientas mal, el tiempo no se equivoca. Entiende el tiempo lento pasa y la vida va deprisa, se nos vino encima la casa y esa calle de mucho pesa, se murieron las promesas, se nos opaco la risa, somos del destino presas, el amor perdió ya ves.
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